L'opera a tavolino

LA ÓPERA DESDE EL ALMA A LA VOZ

Tipo de curso WORKSHOP DE GRUPO
Estudio de los personajes (contextualización, psicología, interacción). Comprensión del libreto y transposición cantada.
Duración Periódico
En linea
Presencial Sí (con pianista)
Professor Cristiana De Sidi

«El estudio del canto debe complementarse con el cultivo de disciplinas más colaterales: […] Muchos cantantes desconocen la enorme carga expresiva que genera la palabra pronunciada con la energía necesaria para transmitir con decisión la imagen evocada, emoción que se suma a la producida por el canto, duplicando su eficacia. No saben cuántos problemas técnicos pueden resolverse con la fuerza motriz de una dicción vigorosa y clara. Con demasiada frecuencia la palabra cantada, en lugar de adquirir nuevos significados de la música, pierde el temblor del acento y el chasquido de la articulación y con ellos la posibilidad de fundamentar el canto. Una dicción precisa corrige los sonidos abiertos […] para hacerlos flotar con ligereza aérea y rebotar con elegancia natural. Las vocales no deben parecerse entre sí, haciendo incomprensible el texto; y las consonantes no deben llegar demasiado pronto ni articularse y doblarse con demasiada energía, para no interrumpir la continuidad de un legato y la tensión de un cantabile. Hoy en día, cuando el canto ya no se entiende como un disfrute hedonista porque sí, se quiere seguir lo que ocurre en el escenario, y una percepción clara de la palabra se convierte en un título de mérito. Una bella voz ya no basta para imponerse cuando carece de las cualidades suplementarias que puede aportar una buena educación cultural y musical. La limitación técnica alcanza niveles dramáticos, sobre todo en las voces masculinas, cuando se requieren agilidades y florituras: un trino parece un obstáculo insalvable, la messa di voce se ignora por completo, las notas apagadas e hiladas son prerrogativa de unos pocos, los juegos acrobáticos del repertorio virtuosístico están prohibidos. Uno se ve obligado a cortar, modificar, soltar. La irresponsabilidad de ciertas escuelas de canto a este respecto, más allá de la incomprensible ignorancia actual, roza la temeridad y la deshonestidad. […] No se presta suficiente atención al texto musicalizado, de modo que demasiados intérpretes abordan un papel sin investigar a fondo los significados simbólicos de las palabras que encuentran: el análisis superficial tolera caracterizaciones superficiales y anodinas de los personajes y actuaciones carentes de convicción e intensidad. Una lectura errónea del texto, la respuesta psicológicamente errónea del personaje a la situación que se le presenta, el desconocimiento de lo que sucede antes y después del aria que se canta conducen a interpretaciones absurdas y sin sentido, a menudo avaladas por una tradición recibida acríticamente por pereza o ignorancia. … En los concursos y audiciones donde se cantan páginas de Puccini, las arias de Mimì, Butterfly, Liù, Manon tienen todas el mismo sabor, el mismo valor expresivo. Cuando hay auténtica personalidad, incluso de una romanza se debería poder captar la profunda diferencia que hay entre el personaje de Mimì y el de Liù o Manon. En los grandes autores, las razones de la música nunca llegan a mortificar las del texto. Demasiado a menudo olvidamos que en el teatro contamos historias de hombres y que estas historias serán tanto más cautivadoras para el oyente cuanto más sepa el actor animarlas con las imágenes y las emociones de su arte». (A. Zedda)

Para llegar a ser un artista, es indispensable que la preparación técnica se vea coronada por el estudio del personaje. La actitud, la mímica, la contextualización, la psicología y la interacción, tras la comprensión y la interpretación cantada del libreto ciñéndose exclusivamente al texto y a la escritura musical, es lo que da encanto al intérprete capaz de enganchar emocionalmente al público, lo que decreta su éxito. Cuando uno acude a una audición con la esperanza de conseguir un papel, también debe haber adquirido este aspecto de la preparación artística, no es una tarea que pueda dejarse en manos de los directores. Con la renovación del espectáculo, de hecho, los directores suelen introducir cambios en los personajes, los decorados, etc., pero el artista debe partir de una «base» que no puede ser otra que la correcta interpretación del libreto a través de la comprensión del texto, lo que no significa entender el significado de las palabras, sino más bien por qué se utilizaron «esas» palabras. Los jóvenes que participen en el curso tendrán también la oportunidad de descubrir obras que no pertenecen a su repertorio, en primer lugar para aumentar su propia cultura, pero sobre todo para comprender mejor cómo enfrentarse a los personajes que tendrán que encarnar. Tras comprender el libreto y su transposición a la partitura, los jóvenes, una vez alcanzada una nueva visión, actuarán para demostrar lo que han adquirido a partir de las nociones ofrecidas.

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